La cerveza es una de las bebidas fermentadas más antiguas y queridas del mundo. Pero, si alguna vez te has parado frente a una estantería de cervezas artesanales, probablemente te hayas preguntado: ¿por qué unas son rubias y ligeras, mientras que otras son oscuras y con sabor a café o chocolate?

¡La respuesta está en la fermentación, los ingredientes y la magia de la malta!

Los ingredientes básicos de la cerveza

Toda cerveza se compone, en esencia, de cuatro ingredientes:

  • Agua
  • Malta (generalmente cebada malteada)
  • Lúpulo
  • Levadura

A partir de ahí, se pueden crear infinitas combinaciones y estilos. Pero son principalmente la malta y el tipo de levadura los que definen el color y sabor de una cerveza.

El rol de la malta: el “tostado” que cambia todo

La malta es cebada que ha sido germinada y luego secada o tostada. Dependiendo de cuánto y cómo se tueste, cambia su color y sabor:

  • Maltas claras: se tuestan poco. Dan cervezas de color dorado, con sabores suaves, como pan o miel.
  • Maltas medias: aportan tonos ámbar y sabores a caramelo, nuez o toffee.
  • Maltas oscuras: se tuestan más, casi como el café. Dan cervezas marrón oscuro o negras, con sabores intensos a cacao, café o incluso humo.

¡Es como tostar pan! Cuanto más lo tuestes, más oscuro y sabroso se vuelve.

Levadura: la alquimista de los sabores

Las levaduras no solo fermentan el azúcar para convertirlo en alcohol. También producen compuestos que influyen en el sabor:

  • Las levaduras ale (fermentación alta, a temperaturas más cálidas) tienden a dar sabores afrutados y especiados.
  • Las levaduras lager (fermentación baja, en frío) son más limpias, con menos sabores secundarios.

¿Y el lúpulo?

El lúpulo es una flor que se añade para dar amargor, aroma y conservar la cerveza. Hay lúpulos cítricos, florales, resinosos, herbales… y su presencia también define el perfil final de la bebida.

Algunos estilos clásicos y su perfil

Aquí te van unos ejemplos para que te animes a probar diferentes estilos:

  • Pilsner (lager clara): dorada, crujiente, con amargor refrescante.
  • Pale Ale: ámbar, con sabor a caramelo y notas frutales del lúpulo.
  • IPA (India Pale Ale): muy lupulada, con sabores cítricos, tropicales y un amargor marcado.
  • Stout: oscura, con cuerpo, sabores a café, chocolate y avena.
  • Weissbier (cerveza de trigo): turbia, suave, con notas de plátano y clavo.

¿Qué influye además del color?

  • Grado alcohólico: una cerveza más fuerte suele tener más cuerpo y sabor.
  • Tiempo de maduración: algunas cervezas se afinan como los vinos.
  • Adjuntos: frutas, especias, miel, lactosa… ¡todo puede entrar en la olla cervecera!

En resumen…

El color y sabor de una cerveza no son casualidad: son el resultado de decisiones cuidadas sobre maltas, levaduras, temperatura y creatividad. Así que la próxima vez que veas una cerveza oscura o turbia, ¡no te asustes! Puede esconder sabores increíbles.

Y tú, ¿ya sabes cuál es tu estilo favorito? 🍻