Quizás la viste en alguna tienda, o alguien te habló de un “té fermentado con un hongo flotando adentro”. Puede sonar raro, pero la kombucha es una de las bebidas fermentadas más antiguas (¡y cool!) que existen. Y no, no es un refresco ni una pócima mágica. Es una bebida natural, burbujeante y viva, hecha a base de té.

¿Qué es la kombucha?

La kombucha es una bebida fermentada que se hace a partir de té endulzado y un cultivo de bacterias y levaduras. Este cultivo se llama SCOBY, que es la sigla en inglés de Symbiotic Culture Of Bacteria and Yeast. Parece una especie de disco gelatinoso, y es el encargado de transformar el azúcar del té en una bebida ácida, ligeramente dulce y con burbujas naturales.

Su sabor puede recordar al vinagre de manzana mezclado con té helado… ¡pero bien hecha es súper refrescante y deliciosa!

Un poco de historia

Se cree que la kombucha nació en Asia, hace más de 2.000 años, y que se usaba como tónico medicinal. Con el tiempo se fue extendiendo por Rusia y Europa del Este, y hoy es una bebida global, con versiones caseras, comerciales y de todos los sabores.

¿Qué tiene de especial?

  • Es probiótica: al fermentar, la kombucha desarrolla microorganismos beneficiosos para tu intestino.
  • Tiene burbujas naturales: no se le añade gas, ¡ellas solitas lo crean!
  • Podés hacerla en casa con muy pocos ingredientes: té, azúcar y un SCOBY.
  • Es versátil: se puede saborizar con frutas, hierbas o especias después de la fermentación.

¿Cómo se hace?

  1. Se prepara té negro o verde con azúcar.
  2. Se deja enfriar y se agrega el SCOBY junto con un poco de kombucha ya fermentada.
  3. Se cubre con una tela y se deja fermentar entre 7 y 14 días, según el gusto.
  4. Luego se puede embotellar y saborizar, iniciando una segunda fermentación.

Durante este proceso, el SCOBY se alimenta del azúcar y transforma el té en algo completamente nuevo.

¿A qué sabe?

  • Ácido, pero con un toque dulce.
  • Ligero, fresco y con gas natural.
  • El sabor cambia según el tiempo de fermentación y los ingredientes que uses.

Hay quienes lo comparan con la sidra, el vinagre suave o un refresco artesanal.

¿Por qué todo el mundo habla de ella?

Porque no solo es rica, sino que muchos la consumen por sus posibles beneficios:

  • Puede ayudar a equilibrar la flora intestinal.
  • Es una alternativa saludable a las bebidas azucaradas.
  • Está llena de compuestos bioactivos (ácidos orgánicos, antioxidantes, etc.).

Ojo: no es milagrosa ni apta para todos. Si tenés problemas digestivos, estás embarazada o inmunosuprimido, consultá con un profesional antes de consumir kombucha casera.


En resumen

La kombucha es una bebida fermentada llena de vida, sabor y posibilidades. Es fácil de hacer, divertida de experimentar y una excelente puerta de entrada al mundo de los fermentos.

¿Nunca la probaste? ¡Es hora de descubrir esta burbuja viva!