Las aceitunas crudas son puro carácter… ¡y mucha amargura! Pero con la fermentación se transforman en un bocado lleno de vida y sabor.
¿Por qué fermentar?
- Por el sabor: Ácido, suave, complejo y aromático.
- Por la salud: Probióticos naturales que benefician tu intestino.
- Por la conservación: Se mantienen durante meses.
- Por la historia: Una práctica ancestral con más de 5000 años.
Cómo hacerlo
Solo necesitas: aceitunas verdes, agua, sal… y tiempo.
Pasos básicos:
- Lava y corta o machaca ligeramente las aceitunas.
- Déjalas en agua 5–7 días (cambia a diario).
- Prepara la salmuera (100 g de sal/L agua) y añade ajo, limón, hierbas.
- Pon todo en un tarro, cúbrelo bien y fermenta 4–8 semanas.
Con sabor a historia
Desde las mesas de la antigua Grecia hasta tu cocina moderna, las aceitunas fermentadas son tradición viva. Y ahora… ¡vuelven con estilo!