Introducción: Fresco. Cremoso. Casero.

La mozzarella no es solo queso. Es el alma de la cocina italiana. Fundiéndose sobre una pizza, suave en una ensalada caprese o simplemente pura con un chorrito de aceite de oliva. ¿Mejor aún? ¡Cuando la haces tú mismo! Esta receta te trae el arte de hacer queso a tu cocina – con un plus: el poder de la fermentación.

¿Amas el queso italiano tanto como nosotros? Entonces no te pierdas nuestro artículo sobre la cocina italiana y el alma del queso – descubre por qué el queso es mucho más que un ingrediente.

Ingredientes (para aprox. 300 g de mozzarella):

  • 4 litros de leche entera fresca (¡no UHT!)
  • 1,5 cucharaditas de ácido cítrico (disuelto en 60 ml de agua)
  • 1/4 de tableta de cuajo o 5 gotas de cuajo microbiano (disuelto en 30 ml de agua)
  • 1 cucharadita de sal
  • Termómetro, olla grande, cuchara, colador, bol, guantes opcionales

Instrucciones paso a paso:

  1. Preparar la leche: Verter la leche en una olla, añadir el ácido cítrico y calentar lentamente hasta 32 °C, removiendo para evitar que se pegue.
  2. Agregar el cuajo: A 32 °C, incorporar el cuajo, mezclar suavemente y dejar reposar de 5 a 10 minutos hasta que se forme una masa parecida a un flan.
  3. Cortar la cuajada: Cortar en cubos de 2 cm. Dejar reposar 5 minutos más.
  4. Calentar y remover: Calentar lentamente a 40–42 °C, removiendo con cuidado. Luego dejar reposar brevemente.
  5. Colar: Verter en un colador, escurrir el suero y presionar la cuajada con cuidado.
  6. Estirar y amasar: Calentar agua a 75–80 °C. Estirar y doblar la cuajada en el agua caliente hasta que esté suave y elástica. ¡Los guantes ayudan mucho!
  7. Formar y salar: Formar bolas de mozzarella y dejarlas en agua salada durante 5–10 minutos.

Dato fermentador: Incluso la mozzarella requiere fermentación: las bacterias lácticas le dan su textura y ese sabor ligeramente ácido. Un proceso natural que exige paciencia y sensibilidad.

Sugerencia para servir: Servir fresca con tomates, albahaca y un chorrito de aceite de oliva. O mejor aún:

Prueba nuestra masa madre para pizza y disfruta de una pizza casera con mozzarella hecha por ti. ¡Insuperable!

Conclusión: Sencillo. Quesoso. Delicioso.

Hacer mozzarella en casa es más fácil de lo que parece. Solo necesitas tiempo, cariño y buenos ingredientes – pero el resultado lo vale todo. Y lo mejor: sabes exactamente lo que lleva.

¡Buon appetito!